Se trata de un acuerdo mediante el cual, en instituciones públicas o privadas, se asigna un porcentaje de puestos (ya sean de trabajo o políticos) a mujeres.
El objetivo es equilibrar las oportunidades laborales o de participación y garantizar la efectiva integración de mujeres en cargos de decisión de los partidos políticos y del Estado.
Mediante dicho acuerdo, una proporción o parte de puestos, escaños o recursos deben ser atribuidos a mujeres, siguiendo ciertas normas o criterios. Con ello se pretende corregir el desequilibrio en posiciones de toma de decisiones o en cuanto al acceso a oportunidades de formación o a puestos de trabajo que padecen las mujeres.
Las cuotas sirven para aumentar la representación de las mujeres y fomentar la paridad. Varios países europeos se han unido ya a los países nórdicos, pioneros en la imposición de cuotas obligatorias de representación femenina.