El techo de diamante es un término acuñado por Amelia Valcárcel en su libro La política de las mujeres (1997, Ediciones Cátedra).
Se refiere al hecho de que, en la sociedad patriarcal, el hombre sea un “objeto de aprecio” y la mujer un “objeto de deseo”, subordinándola así a una situación en la que el hombre perpetúa su poder.
El ‘techo de diamante’ impide que se valore a las mujeres por criterios estrictamente profesionales.